(A continuación, la columna de Chomsky en The Clinic dedicada a Elson Beyruth)
ARRIBA DE LA PELOTA Por Chomsky
ELSON BEYRUTH
NOBLEZA EN LA CANCHA
EL BRASILEÑO LOGRÓ UNA GRAN IDENTIFICACIÓN EN COLO-COLO POR SU ESPÍRITU IRREDUCTIBLE, POR SU DETERMINACIÓN PARA IR EN BÚSQUEDA DEL GOL, POR SU FUERZA, VELOCVIDAD Y REMATE CON AMBAS ÍERNAS. CON EL ‘10’ EN LA ESPALDA, DISPUTÓ 237 PARTIDOS OFDICIALES Y CONVIRTIÓ 110 GOLES, MPAS OTROS 22 ENCUENTROS INTERNACIONALES, DURANTE OCHO TEMPORADAS, EN LAS QUE DIO DOS VUELTAS OLÍMPICAS: 19709 Y 1972.
Antes de la final del Torneo de Clausura 2006
en que Colo-Colo se coronó campeón sobre Audax Italiano, el “Pluto” Carlos
Contreras, recio defensa de Universidad e Chile y la selección nacional en la
década del ’60, comentó del astro Matías Fernández: “Tiene calidad el cabro, y
cuando arranca se parece al brasileño Beyruth”.
El “Pluto” conoce de lo que habla porque muchas
veces enfrentó a Beyruth en el período de las vacas flacas de Colo-Colo ante el
“Ballet Azul”, la lucha de Beyruth era conmovedora frente a Contreras y
Humberto Donoso primero, Juan Rodríguez y Alberto Quintano después, secundados
por Roberto Hodge, Por su entrega en la cancha y su nobleza para recibir golpes
sin quejarse (una lección para tanto futbolista de la actualidad que se
desploma como una damisela al menor contacto), Beyruth nunca se fue del corazón
del hincha colocolino aunque haya vestido otras camisetas: Magallanes (1973),
Antofagasta (1974) y Santiago Morning (1975).
Nacido el 20 de octubre de 1941 en San Juan,
Río de Janeiro, Elson Beyruth Iazegi integró la selección de Brasil que obtuvo
la medalla de plata en los Juegos Panamericanos de Chicago 1959, Estados Unidos.
Formado en el Flamengo, actuó allí, en el Corinthians y el Guaratingueta de Sao
Paulo y regresó a su club en 1964.
El 24 de marzo de 1965 arribó al aeropuerto Los
Cerrillos para sumarse a Colo-Colo, cuyo banderín había conocido entre cientos
de insignias y distintivos de equipos de todo el mundo en la Casa del Jugador
que el Flamengo tenía para sus futbolistas de provincia.
La noche del 27 de enero de 1971, Beyruth se
tituló de ídolo cuando Colo-Colo ganó la definición del título 1970 al vencer
inesperadamente a Unión Española con dos goles suyos.
“Colo-Colo no obtenía una estrella desde 1963 y
Unión Española era mucho más equipo, con Juan Olivares, Juan Rodríguez, Antonio
Arias, Francisco Valdés, el paraguayo Eladio Zárate y el “Pollo” Leonardo
Véliz. Nadie daba un peso por nosotros, ni el entrenador (Pancho Hormazábal, ni
los dirigentes ni el periodismo. Unión ya nos había ganado en la liguilla
(1-0), pero en la última fecha cayó ante Everton y hubo que definir. Sólo los
jugadores nos teníamos confianza y pedimos concentrarnos. Estuvimos en Las
Cruces, entrenábamos en Cartagena y el día del partido llegamos a almorzar al
Hotel Panamericano”, cuenta Beyruth.
“El primer gol fue de oportunismo. En una
jugada de tiro libre, la defensa de Unión Española esperaba el disparo de
Leonel Sánchez, quien se la tocó a Gerardo Castañeda, hubo un rebote y le pegué
de primera, de zurda a un ángulo. AL terminar el primer tiempo nos empataron
(Carlos Pacheco) y así finalizaron los 90 minutos. Llegamos al tiempo
suplementario y un centro del “Keko” Ramírez fue disputado por mi compañero
Víctor Zelada con Raúl Angulo, la pelota dio un bote y pasé en velocidad a Juan
Rodríguez y ante la salida de Juan Olivares, resolví con calma –para definir
era tranquilo-, le di de zurda, abajo, despacito.. Di la vuelta olímpica en
andas, con todo el estadio gritando: ¡Bey-ruth… Bey-ruth!”
¿Dice que no fue su actuación
más brillante?
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Fue
el partido más emocionante, pero el más completo ocurrió cuando Colo-Colo
venció 3-1 a la Unión Soviética. La selección rusa marchaba invicta en su gira
por Sudamérica, había empatado con Brasil y con Argentina y venía de derrotar
2-0 a Uruguay. De modo que estábamos muy motivados, y en el fútbol la
motivación tiene una importancia decisiva. Lo realizado fue muy bueno y
llamativo tanto en el aspecto técnico como en el táctico. El entrenador era el
uruguayo José María “Chema” Rodríguez. Esa noche nos salió todo y lo tengo grabado,
lo mismo que la fecha: miércoles 8 de diciembre de 1965.
¿Qué recuerda de esa
victoria?
-
Unión
Soviética era un equipo de estilo europeo, con harta velocidad y harta fuerza
pero muy correcto, muy caballeroso en la cancha. Jugaba con pases largos y me
acuerdo que sin líbero. En los primeros 10 minutos tuve cinco oportunidades,
sin embargo abrieron la cuenta los rusos en una acción en que recuperaron la
pelota en campo nuestro, un contragolpe y gol. Un minuto después empató Walter
Jiménez –qué buen jugador- con un tiro de izquierda y antes de que terminara el
primer tiempo, eludí a un defensa y al arquero Lev Yashin, quien me cometió
penal. Lo sirvió “Chamaco” Valdés y la “Araña Negra” se movió hacia el otro
lado. En la segunda fracción, arranqué por la izquierda y retrasé para Eladio
Rojas, quién sacó un disparo parecido al de Arica en el Mundial de 1962 y
Yashin manoteó, entró Roberto Rojas, hermano de Eladio, y señaló el tercer gol.
El árbitro era Carlos Robles padre y los rusos contaban con una gran formación
con Shesterniev, Voronín, Metreveli, Meskhi, Afonin, Sabo, Danilov, Kurtsilava…
Presenciaron el encuentro y se quedaron hasta el final con las 70 mil personas
el Presidente de la República, Eduardo Frei Montalva, y el embajador de la URSS
en Chile (Alexander Anikin). La tribuna numerada bajo la marquesina costaba 12
escudos, que eran como tres dólares. Colo-Colo alineó con Efraín
Santander, Óscar Montalva, el “Chita” Humberto Cruz, Hugo Lepe y Sergio
Navarro; “Chamaco” Valdés, Eladio Rojas y Beyruth; Mario Moreno, Walter Jiménez
de centrodelantero y Roberto Rojas.
El Sábado anterior (4 de diciembre de 1965), había anotado el mejor gol
de su carrera.
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Enfrentamos
a Deportes La Serena y ganamos 6-1. El gol de ellos lo hizo el “Negro” José
Sulantay. Mario Moreno, gran amigo, señaló una conquista espectacular y después
convertí a los 87 y a los 90 minutos. El sexto resultó de antología, según
publicaron los diarios. Santander sacó el balón con la mano y desde la mitad de
la cancha pasé a cinco adversarios en diagonal y luego al arquero, el argentino
Orfel Cortés. Había 50 mil personas y el árbitro (Carlos Valdés) me felicitó y
dio por finalizado el partido sin que Deportes La Serena alcanzara a partir
desde el medio.
Otros goles inolvidables.
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Frente
a Universidad de Chile, de sobrepique, en un partido que perdimos. Estaba
parado en un vértice del área grande, a la derecha, y me marcaba Alberto
Quintano. Vino una cortada de “Chamaco” Valdés, levanté la pelota por sobre el “Mariscal”,
antes de que cayera le pegué y se clavó en un ángulo del arco del “Gringo”
Adolfo Nef. Después de la vuelta olímpica de 1972, vino a jugar el campeón
argentino, San Lorenzo de Almagro. Empatamos (2-2) y anoté un gol que fue
largamente aplaudido. Me fui por la derecha eludiendo rivales pegado a la raya
de fondo y cuando el arquero (Agustín) Irusta salió, toqué el balón hacia la
red. Yo no pateaba penales ni tiros libres, mi especialidad era la técnica en
velocidad, el voleo. Y la mayoría de mis goles los convertí entrando por la
izquierda, pero definiendo con la derecha.
Siempre escribieron mal su nombre y apellido.
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Sí.
Me ponían Edson como Pelé (Edson Arantes do Nascimento) y Beirut, con i latina
o sin hache. No me importa, por el cariño de la gente.
LA JOYA
“El gol de la victoria en la finalísima con Unión
Española se hizo muy famoso, además, porque no se vio en la transmisión por TV.
Cuando cayó el centro, apareció la cabeza de un hincha que gritaba el gol antes
que se produjera. La televisión estaba empezando a transmitir fútbol y ubicaba
la cámara muy baja, al lado de la tribuna de parlamentarios. Con los años vine
a enterarme de que había sido el diputado Mario Palestro, un reconocido
colocolino”.
“Gillette me propuso hacer la publicidad de
Platinum Plus y yo tenía que decir la frase: Se la recomendu, amigo. El spot
alcanzó gran popularidad por mi mezcla de portugués y español”.
Brasileños y fútbol, una sociedad para la vida.
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