Corrían los últimos días de octubre de 1996, específicamente el día 24 del décimo mes y el hincha colocolino llegaba al estadio Monumental, sin sospechar que estaría frente a lo que podría considerarse una de esas obras de teatros griegas cargadas a los trágico. Ese día estarían todos los ingredientes para que así fuera, pero tendría finalmente un final feliz. Colo-Colo recibía a Flamengo de Río de Janeiro por la ida de los cuartos de final de la Supercopa Joao Havelange de esa temporada.
En el plano nacional los albos no tenían mayor competencia y se encaminaban cómodamente a una nueva estrella, mientras que en el contexto internacional jugaban su opción de clasificar dentro de los cuatro mejores equipos del torneo reservado para los campeones de la Copa Libertadores.
El inicio del Cacique en la Supercopa fue histórico, ya que en La Plata goleó 4 a 2 a Estudiantes, convirtiéndose en el primer triunfo de un equipo chileno ante uno argentino en torneos internacionales.
La revancha en el Monumental también fue triunfo albo por 2 a 1.
Por cuartos de final el rival era el Flamengo de Bebeto. La ida se jugó en San José de Rio Preto y terminó 1 a 1. La revancha en Pedreros fue el 24 de octubre y Colo-Colo formó con Claudio Arbiza, Francisco Fernández (reemplazado por Francis Ferrero a los 72’), Pedro Reyes, Juan Carlos González, Fabián Guevara, Mario Salas, Emerson Pereira, Marcelo Espina, José Luis Sierra, Marcelo Barticciotto e Ivo Basay.
El partido desde un principio indicaba que sería uno de esos difíciles de olvidar (por algo, hoy 16 años después lo recordamos), con un Colo-Colo protagonista del juego, y que hacía ver mal a los cariocas, que distaban mucho del temible equipo de principios de los 80’s, pero que de todas maneras tenían contragolpes certeros que hacían estar siempre alerta a la defensa alba.
El duelo era dominado por los locales, gracias a los desbordes de Barticciotto, a la entrega de Emerson y a la rapidez mental de Espina y Sierra.
En el minuto 46, Marcelo ‘Rambo’ Ramírez reemplaza a Claudio Arbiza que sale lesionado. El trámite del encuentro seguía igual, y a pesar que el público se impacientaba ante el temor a los penales, en la cancha el equipo no transaba en su estilo de buscar el gol.
A 15 minutos del final, se produce el drama, al lesionarse Marcelo Ramírez, quien es reemplazado por David Henríquez. No habían más arqueros y el defensa Pedro Reyes, con un polerón gris asume la difícil tarea de ir bajo los tres postes.
A 10 del final Marcelo Espina sacó un tremendo remate inatajable para Zé Carlos, un gol que lo gritaron los 40 mil espectadores que llegaron al Monumental.
Pero todavía quedaba drama en Macul, ya que cuando se jugaban los últimos segundos del encuentro, Pedro Reyes fue exigido al máximo por los brasileros, que con un cabezazo de Junior Baiano intentó conseguir la igualdad, pero Pedro Reyes se lanzó para contenerlo a medias y cuando arremetían dos jugadores visitantes en busca del balón, el antofagastino se tiró jugándose el pellejo para quedarse con la esférica, ante lo que fue una ovación de los asistentes y la graduación de ídolo del barbón central.
Colo-Colo gracias al gol agónico de Espina y el tapadón de Reyes, clasificó a semifinales de la Supercopa, donde finalmente quedaría eliminado por su ‘Bestia Negra’: Cruzeiro
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